Además, ha habido muchos más beneficios, como unos bombones artesanales riquísimos (iaia, diste en el clavo), un delantal para ahuyentar a las manchas de grasa, un calendario de adviento muy bonito pero sin chocolate, un ordenador con unas noventa películas, un calentador de manos que es la envidia de algunos,… Muchas gracias por todo.
Decían en la previsión del tiempo que iba a llover, y no fue así. Decían que iba a hacer un frío difícil de llevar, y no fue así. Se suponía que el telesilla de Assmannhausen no funcionaba, y funcionó. Qué más se puede pedir. Desde luego, mamá, Alemania no te ha tratado nada mal en tu primer viaje. Seguro que es para convenceros de que en verano hagamos un viaje recorriéndola con la excusa de recoger a la vuelta todos mis bártulos.
Fue una visita relámpago, pero cundió. Y cumplió el objetivo, creo yo, que era que “mis superiores” se aseguraran de que todo iba bien por aquí. Lo va, y además muy bien.
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