viernes, 7 de noviembre de 2008

THE SHOW MUST GO ON

La semana ha pasado entre clases y visitas al hospital. Al principio con miedo de qué pasaría con los dos nervios y los tres tendones rotos de Sören y luego con ganas de que le dieran de una vez en alta. Vale que aquí los retienen más que en España, pero aún así una semana da para mucho. Para paseos alrededor del hospital en zapatillas de estar por casa, para pasteles de moras en la cafetería, para darse cuenta de lo difícil que es abrocharse una chaqueta con un brazo escayolado,… Y también para echarse una risas porque Sören ha aprendido a decir “Me la pela” o porque siempre olvida la palabra calcetines.


Esta semana hemos descubierto lo bien que puede sentar una pequeña siesta (Mittagsschläfchen) en la hierba de al lado de la Mensa. Mirando un cielo que es gris sin más, porque está tan cubierto de nubes que ni siquiera se ven. Los alemanes nos miraban con cara rara, pero porque no saben lo que se pierden ;). Y qué feas las vistas de los profesores de esa facultad, y qué funcionales las terrazas de aquél.


James, mi amigo americano, me enseñó Inter I, la residencia en la que vive. Está en el campus universitario y cada piso comparte cocina, baños y sala de estar. Lo más impresionante, el ascensor forrado de corcho porque el año pasado se descolgó (sin gente dentro, afortunadamente). Está todo lleno de firmas y comentarios en alemán, para entretener a los forasteros que tenemos que usarlo y que no nos entre el miedo al pensar que aún quedan tres pisos allá dentro.




Y aquí está la presentación oficial de mi bici, bella, reluciente y verde :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario