martes, 15 de noviembre de 2011

Mezclas: del NYC intelectual al más residencial

El domingo me fui con Vicente Iranzo a Nueva York. Nuestra primera parada fue una cafetería para que pudiera desayunar a gusto, y se pidió un combo de desayuno continental con tostadas. Creo que no os lo había dicho aún, pero a los norteamericanos les CHIFLA la mantequilla y lo untan todo con ella, hasta el pan. Y si no, mirad el color de las tostadas que le sacaron... Lo del borde no es creáis que es queso para untar, no, es más mantequilla.



Como estábamos por la Upper West Side, siguiendo las enseñanzas de la guía filosofal nos fuimos a ver la Iglesia de St. John The Divine (o San Juan El Divino). Cuando la acaben será la iglesia más grande del mundo.


Mientras tanto, imagino que para sufragar los gastos, piden a los visitantes un donativo de $10. Lo bueno es que lo piden, no lo exigen de momento.


Y de ahí a Columbia University, una universidad muy prestigiosa perteneciente a la Ivy League, de la que ya os hablé en otra ocasión. La guía decía literalmente: "vale la pena pasear por las zonas comunes y observar a los futuros líderes estadounidenses". Para que os hagáis una idea del nivelazo.


En la próxima imagen véis la Butler Library. Me contó Vicente que a los estudiantes les dan café y bollería gratis para que puedan concentrarse y rendir a tope. También que los estudiantes no dicen "estoy en la Butler estudiando", no, dicen "I'm butlering". ¡Se han inventado un verbo!


Justo enfrente está la biblioteca principal:


Y la estatua del Alma Mater presidiendo las escaleras. Como veis, yo me confundo como cualquier otra lugareña.


Por último nos acercamos a la Facultad de Periodismo, que fue fundada por Pulitzer.


En Estados Unidos, pero especialmente en Nueva York, ya sabéis que hay muchísimos hispanos y que hay que andar con cuidado con lo que se dice, porque muchas veces te entenderán. De todas maneras, ni siquiera los del Banco Popular tienen muy claro cómo se escribe en español... De hecho eso pasa muchas veces con los hispanos de segunda generación, que hablan con sus padres en español y en el colegio en inglés.


Y nos fuimos hacia el metro. Es uno de los mejores del mundo, y la verdad es que la frecuencia de los trenes es alucinante. Sin embargo, hay que andar con muchísimo ojo para no meterte en un exprés. Y eso pasa cuando menos te lo esperas.


La siguiente parada fue la plaza Columbus Circle, en Theater District. Está justo en la esquina sudoeste de Central Park. A un lado se ven los árboles del parque, y al otro los edificios, gigantes:


Además está allí esta estatua del globo terráqueo:


Y una bonita exposición temporal de elefantes con manzanas:


Pero si fuimos allí no fue por ver el monumento a Cristóbal Colón, sino porque Vicente sabía dónde estaba el restaurante de Cómo conocí a vuestra madre, una serie que me chifla desde hace un par de años. Sin embargo, llegamos allí y, aunque se parecía, no era lo mismo. Luego descubrí que eso es porque (obviamente) no se filma allí, pero sus guionistas se reunían allí cada tarde para trabajar en la serie. Y el local les sirvió de inspiración. (Perdonad la calidad de la foto, pero estaba súper oscuro y además iba con prisa, que los camareros me miraban mal).


En cualquier caso, sí había fotos de los protagonistas en el bar e incluso un póster de Awesomeness de Barney. Por si os interesa, el sitio es un pub irlandés que está en 240 W 55th St., entre Broadway y la 8ª avenida.


Como el hambre apretaba, nos fuimos a buscar algún sitio guay. Justo a tiempo recordé que Xavi,  el traductor de la ONU, del que espero hablaros pronto, me había recomendado un restaurante que estaba cerquita. Y allí que nos fuimos. 

Se llama Vynl, está en 754 9th Ave., a la altura de la 51th St., y solo por la decoración ya vale la pena. Todas las mesas son mosaicos, y no hay dos iguales. A nosotros nos tocó Pebble's, pero había coche, frases guays, mesas coloridas,...


Aparte cada baño está tematizado. Las puertas son como las de camerinos de los artistas, y en una estrella plateada pone el nombre (Elvis, Cher). Dentro hay un mosaico que ocupa toda la pared de ellos. Además, en cada baño hay una música diferente: la del artista en cuestión. También incluye una especie de vitrinita con la versión Barbie de Elvis, Cher, Nelly,...


El sitio, como os decía, es espectacular.


Y la comida fue una pasada. En Estados Unidos eso del brunch ha derivado en que los restaurantes ofrecen platos especiales que pueden tomarse entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde. No se trata de buffet libre, sino que cada uno elige lo que quiere y, por lo general, se acompañan con un cóctel. Yo me pedí los Eggs Benedict, que mi profesor de Interpretación me había recomendado, con salmón y una salsa de queso al limón. No tenía muy claro cómo iba a ser, pero me encantaron. Por lo visto en español se llaman "huevos a la benedictina",  son huevos escalfados, con la yema perfecta para mojar en cuanto los partes por la mitad. Se sirven sobre un panecillo o bagel. Delicioso.


Como llevaba varias horas hablándole a Vicente de todos los dulces que he visto en Nueva York y de lo buenos que están, me pidió que por favor, antes de ir a nuestro siguiente destino, hiciéramos una parada en Chelsea Market. Lo que lleva en la mano en la imagen era una bomba de chocolate. Chocolateado al cubo.


Además, volví a alucinar con los dulces que venden. Lo de la siguiente foto es una cupcake con aspecto de hamburguesa, trocitos de bizcocho imitando las patatas fritas, y mermelada para mojas simulando el képchup. Yo alucino.


Como os dije, en ese mercado es donde se creó la primera galleta Oreo:


Después, con el nivel de azúcar por los aires debido a esas cupcakes, nos fuimos hacia Greenwich Village... ¡A la casa de Mónica de Friends!


Os pongo una foto de día, sacada de yancharris.deviantart.com  A partir de ahora me temo que en este blog habrá muchísimas fotos nocturnas, porque a las 16:30 ya anochece. Maldito cambio de hora. 


Tampoco pudimos perdernos la casa 75½, que supuestamente es la casa más estrecha de todo Manhattan. Yo creo que la de Valencia es más estrecha, pero para gustos, colores.


Aparte, durante el paseíto por ese barrio vimos muchísimas tiendas de masajes, relajación y manicura. Incluso en estas últimas te hacen masaje. La verdad es que dan una envidia... que no me extraña que pongan escaparates gigantes y bien limpios para tentar al personal.


Llegamos a Washington Square, una de las plazas favoritas de los neoyorquinos (al menos, del que se sentó a mi lado de vuelta a New Brunswick), aunque solo sea para estar allí charlando con amigos (y comiendo pipas, si estuviéramos en España). Después de más de media hora de intentos, Vicente y yo conseguimos sacar una foto decente medio decente de nosotros, el arco y el Empire State de fondo. Aunque para ello Vicente se tuviera que poner un pantalón de marinero ;-)


Y de ahí nos fuimos para SoHo, un barrio del que me habían hablado maravillas. Que si lleno de tiendas (aunque las que vimos por el recorrido marcado por la guía eran todas tipo Gucci, Prada,...), de galerías (cierto, pero todas cerradas a esas horas), de cosas raras (bueno, eso era cierto del todo, mirad la foto de abajo):


Muertos después de tanto paseo (os aseguro que fue un buen tute), acabamos el recorrido en Canal St. Por suerte acabé mirando la guía y vi ¡tachán! que en un post-it de dónde comer en ChinaTown nombraba dos restaurantes que nos quedaban cerca. Con la esperanza de tener un destino, seguimos andando y casi nos pasamos la calle, pero llegamos. Y, siguiendo los consejos de la guía Lonely Planet, probamos la congee, una supuesta sopa de arroz dulce.

Eso en la teoría, claro, porque en la práctica era arroz muy muy pasado con cebollino y gambas. Y cuando notamos algo duro en la boca nos dimos cuenta de que también llevaba cacahuetes. Solo os diré que, después de haber vuelto a una temperatura normal nuestro cuerpo, pedimos unos tallarines (noodles aquí).


Ya de vuelta hacia el metro, ¡tachán! Me encuentro a Morna, mi compañera de piso, que se había ido a pasar el fin de semana a Nueva York con una visita. Como si no fuera grande la ciudad, cada vez me encuentro a alguien diferente. Aunque a Iker Goñi* aún no lo he visto por aquí :-)
[*Iker es un amigo de las Rutas que vive en Euskadi y que ya me he encontrado en Barajas dos veces y en Madrid al menos una. Solo os digo que, cuando estaba en el aeropuerto de Madrid para venirme hacia Estados Unidos le mandé un mensaje diciéndole: Iker, estoy en Barajas, frente a los controles. ¿Dónde estás, que no te veo?]

Los barrios visitados son Upper West Side, Theater district, Greenwich Village, SoHo y Chinatown.

1 comentario:

  1. Hola Mar! Soy Iker Goñi... Acabo de leer este blog por primeea vez! Me he quedado flipado al ver mi nombre!

    He estado seis meses en Nueva York y no te he visto... Que sepas que vuelvo este Septiembre y Octubre, lo digo para que estes atenta en los Aeropuertos!! ;)

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