miércoles, 15 de octubre de 2008

INTERNETSÜCHTIG

Lo más importante de la entrada es, sin lugar a dudas, que ya tengo internet en la habitación. Por fin puedo decirle adiós –y un adiós fuerte, de los que harían mucho eco allá abajo- al frío sótano. Y tengo suerte, porque la mayoría de Erasmus que he conocido en el curso de alemán aún tienen que esperar al menos una semana…


Por la noche nos fuimos todos los españoles a la residencia Oberstadt, donde se suponía que había una fiesta a la que todo el mundo iba a ir. Si por todo el mundo entendemos la camarera y tres personas, entonces sí. Bailar no bailamos, pero aprovechamos para charrar, para tomar batidos de Kiba (Kiwi und Banane) y, en mi caso, una piña colada. Mmmm… desde Cuba que no me tomaba una… La verdad es que me acordé mucho de los tahinos, especialmente de Sara, Emi, Pau y Lucía… ¡Quedada tahina particular pronto!


El miércoles tuve una pequeña aventura con la Sperrmüll, las cosas que se dejan en la calle cuando ya no se quieren por si otros las pueden utilizar. Volvía a casa desde la universidad y vi una lámpara de pie, un somier y un banquito de jardín. Cogí la lámpara sin pensármelo, y la verdad es que estaba hasta arriba de polvo. Al llegar a casa la probé y, para sorpresa mía, funcionaba.

Pensé que ya la limpiaría luego, que me volvía a por el banquito porque me iba a hacer papel. Por ahora, cuando cenamos Carolina, Miguel y yo en mi casa, ellos se sientan en sillas y yo en la cama, para que si se mancha al menos sea culpa mía. Imagina mi cara cuando veo el banquito… dentro del maletero de un coche. Se lo llevaron en mis propias narices, así que me di media vuelta y me conformé pensando que al menos había conseguido una lámpara.

La limpié, la froté, le quité polvo de por arriba y de por abajo, le quité la mampara,… Y todo con el mayor cariño del mundo. A cambio, decidió dejar de funcionar. Me dolió e incluso pensé que quizá era porque no lo había encajado bien todo otra vez, así que giré, giré y giré… y me quedé con la bombilla y su enganche en la mano.

Por la tarde me fui al Ciné Mayence con Jenny, una finlandesa de Wallstrasse y de mi clase de alemán. Íbamos a ver la película del libro Ensemble, c’est tout, de Anna Gavalda. Disfruté muchísimo leyéndolo, así que me volví a emocionar y se me olvidó lo de la lámpara. Cuando llegamos al cine, había una cola terrible y nos contaron que eran todos los de la lista de espera que estaban haciendo tiempo para ver si los que habían reservado y tenían derecho a entrar no acudían para entrar ellos en su lugar. En resumidas cuentas, que no entrábamos ni de coña porque no habíamos reservado.

Como también había venido la tutora de Jenny, nos fuimos a su casa pasando por el videoclub, donde pudimos alquilar la película. La pudimos ver pese a los primeros problemillas técnicos, y disfruté de la historia tanto como la primera vez. 100% recomendable.

2 comentarios:

  1. Por fin logré actualizaar!!! prometo a a partir de ahora lo haré mas a menudo!!! Te gusto la peli, eh?? a mi muxisismo mas el libro..q ganas de leerme el proximo!

    Espero q tu proxi,o hallazgo callejero tenga mas éxito; Mi casa està llena de trastos, asi a si kieres una mesa, una silla o cuakier otra cosa... ya sabes...

    m alegro dea estes taaan xaxi piruli como parece :) en dos meses nos vemos y m cuentas tus experiencias en personaa!!

    y viva la pinya colada!!!

    muaks

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  2. Xiqueta!!
    Qué festera estás, Mar. Pero bueno, aprovecha, que ya solo quedan unos 9 meses!

    Acabo de ver lo bonito que era el sótano, y el miedo que debía de dar. Bueno, al menos nos sirvió para charrar varios días :)!

    Que te echo mucho de menos, pero mucho mucho mucho, y que espero que seas muy feliz en tu país, que sé que te lo pasas muy bien alli!


    Y esoo, que te quieroooOO!

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