Hoy una chica con la que voy a clase me ha invitado a una especie de fiesta en la que no iba a conocer a nadie excepto a ella, claro. A las ocho, en su casa, y con un poema, porque todos íbamos a recitar algo. En un principio no pensaba ir, pero luego he cambiado de opinión porque, después de todo, como mucho “perdía” el tener que mover el culo e ir en bici hasta su casa. Y total, tan grave no es.
¿Y qué poema llevo? Me había dicho que podía ser en español, así que me he acordado del famoso “Tu pupila es azul”, que tantas veces nos leyó Aida L. en clase cuando le tocó participar en el concurso del cole. Ya estaba empezando a googlear, cuando he recordado qué poesía leía yo siempre en clase: “A mi hijo, dormido”. Se la escribió mi bisabuelo a mi abuelo siendo éste un niño, y, para mi sorpresa, la he encontrado:
A MI HIJO DORMIDO
Acariciado por la luz escasa
tan deliciosamente te has dormido
que la vida su aliento ha suspendido
como formando bóveda a la casa.
¿Qué paraísos mágicos rebasa
tu sueño ya?... ¿Qué música has oído?...
¿Qué pájaro te canta?... ¿Has sonreído
a un serafín que por tu sueño pasa?...
¡Goza tu sueño, que aun estás inerme
para la vida mientras yo vigilo
junto a ti como un dios bárbaro y tierno!
Entre tu sueño mi esperanza duerme.
Cuando me muera moriré tranquilo
porque la muerte y tú me haréis eterno.
He llegado a la fiesta puntual, tan puntual que he sido la segunda en llegar. Poco a poco ha ido llegando la gente (al final éramos unos doce) y, entre canción y canción, hemos ido recitando poemas uno a uno. Un chico ha leído uno suyo, porque pensaba que tenían que ser propios, otros han recitado poemas infantiles,… cada uno a su estilo.
Más tarde hemos jugado a los Werwölfen (explicación del juego más abajo, aquí en alemán), un juego muy divertido en el que la estrategia y el darle vueltas a la cabeza a cualquier movimiento corporal o risita puede volverte absolutamente loca. Y claro, me he acordado de la Ruta, de cuando jugábamos a este juego (aunque creo que lo llamábamos “el pueblo duerme”) en los autobuses. De noche, sin nada de luz, con un traqueteo constante y con unos asientos de lo más complicado, porque era imposible estar en círculo. Qué bien me lo pasaba con vosotros :).
Dónde está Rubén… Oh, Rubén…
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Juego del hombre lobo o El pueblo se duerme:
Hay un moderador o narrador, quien se encarga de dirigir el juego. Cada jugador recibe una carta:
-El hombre lobo: su tarea es asesinar al resto de jugadores sin que lo maten a él antes.
-Los pueblerinos: su tarea es averiguar quién es el hombre lobo. Entre ellos hay algunos con poderes especiales:
-La adivina: tiene derecho a ver la carta de otro jugador en cada ronda.
-La niña: cuando es el turno de matar del hombre lobo puede espiar (sin ser vista, porque la matarían).
-Cupido: al principio del juego elige a los amantes, que deberán defenderse a toda costa y, en el caso de que uno de ellos muera, morirá el otro de amor.
-La bruja: tiene dos pociones, una que devuelve la vida y otra que la quita.
-El cazador: justo antes de morir, podrá matar a otro jugador.
-El ladrón: es el primero en despertar y el moderador le enseñara dos cartas más, que podrá cambiar por la suya propia si quiere. Si no, será un pueblerino más.
Funcionamiento:
El narrador explica que se ha hecho de noche en el pueblo y todos los participantes se sientan mirando hacia abajo y con los ojos cerrados (durmiendo). El moderador despierta al ladrón, luego a Cupido, a la adivina, al hombre lobo y a la bruja, por este orden. Cada vez deberá decir: “Xxx, despierta. Xxx, vuelve a dormirte”. Después de esto, todos despiertan y el moderador anuncia quién ha muerto. Se discute entre todos quién ha podido ser el asesino y se vota. Quien reciba más votos, muere y debe enseñar su carta. En las siguientes rondas, solo la adivina, el hombre lobo y la bruja tendrán que despertar.
Espero que encontréis un rato para jugar, porque es una buena forma de pasarlo bien sin hacer nada especial :)
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