sábado, 1 de octubre de 2011

Noche neoyorquina o sexo en público socialmente aceptado

Anoche era la gran noche,había llegado el 30-S, el día en que nos íbamos a Pachá (Pasha´s en inglés) a disfrutar por fin de la noche neoyorquina y a ver a Will.I.Am, el DJ de esa noche y también integrante del grupo Black Eyed Pea. Íbamos a ser al menos siete, pero los profesores de todas las carreras decidieron arruinarnos el plan programando exámenes varios para la semana que viene, así que al final nos fuimos a la aventura Morna, Reiko y yo.

Después de pasar un día de lo más tranquilito para no estar cansadas, nos fuimos en bus hacia NYC sobre las 6. La idea era ir a la Morgan Library, que los viernes es gratis de 7-9 pm, pero había tantísimo tráfico que para cuando llegamos ya no nos valía la pena.




Como siempre, nos tocó correr para llegar a tiempo al bus (que luego llevaba un retraso de casi media hora), así que nos olvidamos de coger un mapa. Para no perdernos nos fuimos a Times Square, donde está la oficina de turismo, donde nos dieron mapas gratis de Nueva York. Esto lo digo porque creo que es el único sitio donde los puedes coger sin pagar nada a cambio.


Y con el estómago rugiendo nos fuimos a Shake Shack a cenar, una hamburguesería bastante popular por sus batidos y hamburguesas (en 2005 las nombraron mejores hamburguesas de la ciudad). Tuvimos que hacer media hora de cola en la calle para pedir, pero tuvimos la suerte de que empezó a diluviar una vez ya estábamos dentro. ¡Y cómo llovía! Esto de la cola al parecer es bastante habitual, y de hecho en la página web puedes ver con una webcam en directo cuánta cola hay.


Los tamaños son diminutos (ahora entiendo porque tanta gente pide que sean hamburguesas dobles), así que vale la pena comprarse patatas. Y lo que Morna está bebiendo en la foto es el batido de chocolate, chocolateado a tope y muyyy dulce como todo lo estadounidense.


Acabamos de cenar y teníamos que hacer algo de tiempo hasta poder entrar a Pachá, así que nos fuimos a dar vueltas por el barrio y acabamos en un pub de la calle Spring donde había música en directo. Me llamó la atención que cobraban dos tipos de entrada: una para la barra, más barata, y otra para entrar a la sala donde actúan y poder bailar.


Y antes de medianoche ya estábamos en Pachá todas mojadas porque la lluvia finalmente sí nos pilló en la calle. Solo tuvimos que enseñar la confirmación de que estábamos apuntadas en la lista de invitados (te apuntan al suscribirte al newsletter), y ¡adentro!


Es una discoteca bastante grande, de cuatro pisos, pero solo tiene dos salas. Las tres primeras, con música machacona bastante complicada de bailar y finalmente arriba una con hip hop y canciones algo más conocidas para nosotras. La música estaba altísima, y de hecho Morna se pasó toda la noche con los tapones de los oídos puestos. Color naranja fosfi, se veían cuando no se los tapaba el pelo y yo me partía cada vez que la veía.

Me llamó la atención que había dos sitios para gogós (solo chicas, y en bikini). Pero es que uno de esos sitios era una ducha. Acristalada, con agua calentita y con una chica en bikini dentro. Debía de hacer calor allí dentro, porque cada poco le tocaba pasar la mano por el cristal para desempañarlo...


Y a las dos o así nos bajamos a la sala principal a escuchar a Will.I.Am. Yo me esperaba música tirando a hip hop, o al menos algo de Black Eyed Peas. Pero imagino que con el concierto que dieron por la tarde en Central Park ya había tenido bastante. De hecho, se asomaron a la cabina del DJ más tarde los otros dos chicos del grupo, Taboo y Apl.De.Ap (vaya nombres más raros se han buscado). Al final resultó ser la misma música machacona del resto de la noche, con muy pocas excepciones.


Me llamó mucho la atención el baño, porque estaba la típica señora que se encarga de que haya papel higiénico y limpiar todo un poco. Solo que aquí, además, tenía otra función: controlar si las chicas cogíamos caramelos, perfume, desodorante o usábamos los cepillos de pelo que estaban distribuidos por todas las pilas. También vendía chanclas de dedo, aunque no sé si tendría mucho éxito, porque durante toda la noche vi a chicas bailar descalzas sin la más mínima preocupación por su salud podal.


Además, alucinamos con cómo bailan los estadounidenses. Una cosa es el estilo reggaeton que ya he visto en Latinoamérica con su fuerte componente sexual, y otra es lo de anoche. A la pareja en cuestión de la que hablo se la ve detrás de nosotras en la siguiente foto, y esas caras orgásmicas que ponen las estuvieron poniendo sin parar. Por delante, por detrás, en el suelo, tumbados sobre el sofá. ALUCINÁBAMOS de que nadie les dijera nada y de que ellos no se cortaran un poco (cuando se tumbabas se quedaban a dos palmos de Morna, que estaba dentada descansando). Eso sí, no les vi darse ni un solo beso.


Aparte más tarde, mientras buscábamos la cartera de Morna (se la robaron mientras bailaba) en el suelo vimos un condón y un anillo (el jueguete sexual). De hecho, me hizo gracia que, cuando estábamos en la sala de hip hop, el DJ se puso a gritar: ¡If you love New York put your hand up in the air! (Si te gusta Nueva York levanta las manos) Y todo el mundo las levantaba. ¡If you hate New Jersey put your hands up in the air! (Si odias Nueva Jersey levanta las manos) Y de nuevo todo el mundo. ¡If you are having fun tonight put your hands up in the air! (Si te lo estás pasando bien levanta las manos) Y todos con las manos arriba. ¡If you are trying to fuck tonight put your hands up in the air! (Si estás intentando follar esta noche levanta las manos) Y muchas manos seguían arriba.

La última foto de la noche, ya de capa caída, pero monísimas de la muerte y sin signos de cansancio :-)


Al irnos de allá eran como las 4:30 de la mañana, y como poco teníamos que esperar al tren de vuelta de las cinco, así que nos volvimos andando para Times Square, que estaba más vacío que nunca. El Starbucks estaba cerrado, así que acabamos en el McDonald´s. Estábamos pidiendo un chocolate caliente, junto con gente de lo más variopinta cuando se ha abierto la puerta del local y... ¡tachán!

Mi amigo Vicente Iranzo, de clase de Traducción e Interpretación en Valencia, que está viviendo en Vermont (casi en Canadá) y acababa de llegar a la NYC después de nueve horazas en bus. Yo sabía que él llegaba el sábado, pero menuda coincidencia encontrarnos... a las cinco de la mañana en uno de los tres millones de McDonald´s que hay en la ciudad. Y qué alegría.

Hemos estado una hora y pico poniéndonos al día, medio en inglés medio en español para no ser descorteses con Reiko y Morna, que alucinaban de conocer a un Vicente más. Creo que a estas alturas piensan que todos los chicos de Valencia se llaman así. De hecho, Reiko cuando me vio saludar a este Vicente y se lo presenté, se pensaba que era Vicente mi novio... que llega el lunes ya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario