martes, 18 de octubre de 2011

Un día sin McDonald´s ni Starbucks: Brooklyn

Hoy martes,después de pasar mi fin de semana entero escribiendo un artículo que tenía que entregar mañana (y eso que mis findes son de cuatro días aquí), decidí irme a Nueva York. Gracias a que Vicente me dio un chivatazo me enteré de que, para votar en las elecciones del 20-N desde el extranjero, hace falta ir al consulado español. Así que allí que me fui...


Y subí hasta el piso 30 de este enorme edificio... y me di cuenta de que no llevaba el pasaporte, así que no me pudieron atender. A ver si a la próxima.

Para entonces ya tenía claro mi destino: Brooklyn. Siguiendo los consejos de la guía maravillosa, me fui en un exprés hasta allá. Y suerte que confié en mí misma más que en la guía, porque se equivocaron al poner el nombre de la parada en la que me tenía que bajar... y si llego a hacer caso al libro, me bajo siete paradas después de mi destino. En Atlantic Avenue vi una zona árabe, donde venden chilabas, teteras, henna y demás.




Con su correspondiente pastelería libanesa al otro extremo de la avenida, después de pasar por muchas tiendas de antigüedades. La guía recomendaba la pastelería, y se lo conté a los dependientes. Pensaban que salían en alguna foto, pero no, solo texto. Me contaron que la pastelería lleva ahí desde 1920, la más antigua de Brooklyn. No está mal, ¿no? Se llama Damascus, y está en el número 195.


Al lado de la pastelería, en el 197, había una tienda de herramientas de cocina. Hice un par de fotos porque me pareció una tienda chulísima que, tristemente, cierra los martes. En la primera veis toppings para un pastel con motivo de Halloween: no se ve mucho, pero lo blanco son mini huesos.


Y aparte vendían estas servilletas tan graciosas:


Como veis, Halloween está ya más que presente en todas las tiendas. Independientemente de lo que vendan:


Mi siguiente parada fue Borough Hall, un edificio que se diseñó en 1835 como sede del ayuntamiento de Brooklyn. Actualmente, Brooklyn forma parte de Nueva York, pero si no fuera así, sería la cuarta ciudad mas grande del país. Es ENORME.


Aparte tienen en la parte de detrás del edificio un centro de visitantes donde te dan muchísima información sobre qué hacer y qué ver en Brooklyn. Yo al final acabé mezclando el plan de la guía con algunas de las actividades que me recomendaron. Como cruzar al otro lado de la plaza y ver el Tribunal Superior de Nueva York:


A una manzana está también la iglesia St. Ann´s & the Holy Trinity, una iglesia preciosa y con unas vidrieras espectaculares según la guía. Yo no tengo criterio para valorar eso. Lo que sí puedo decir es que cierra al público a las 14h, así que, a no ser que seáis suertudos como yo y os dejen pasar a verla desde la sala adyacente, contad con ello o no podréis verla.


Al otro lado de la manzana está aparte la Brooklyn Historical Society, un museo-librería-centro educativo sobre el barrio. Justo a la salida, como los niños acababan de salir del cole, había muchísimos autobuses amarillos como los de los Simpsons y Cuba que recogían a los chiquillos.


Y seguí andando hacia el río, y de camino pasé por un parque. Y en el parque estaba... ¡el típico carrito de los helados! Mi primera pregunta al señor: "y usted, ¿toca la campana cuando llega al parque para que los niños vengan?". Su respuesta: "no, aquí no, porque está prohibido por ley y me podrían poner una multa de 1000 dólares. Es para respetar la tranquilidad de los vecinos". Alucinada me quedé. Eso sí, el hombre vender, vendía igual.


Y ya en la Promenade (paseo marítimo de toda la vida, pero sin playa ni mar), vi esto:


La calidad de la foto es pésima porque la disparé tal cual estaba... y estaba en manual y para las fotos anteriores había necesitado más luz. Pero la idea es que veáis a lo que se dedican aquí las canguros estadounidenses: ¡a pasear niños en minicamiones! ¡Cada cochecito lleva 6 niños!

Aparte os dejo una panorámica de la Promenade. Está regular porque los de la peli justo se movieron, pero bueno. Lo del fondo es Lower Manhattan...


Por la calle también descubrí una bici de bambú. Aunque yo creo que es algo que pegaron encima de la bici de verdad, me cuesta de creer que sea real.


 Aparte, siguiendo el consejo de los señores del centro de información al visitante, me acerqué a Willow St. y saqué unas cuantas fotografías de puertas. Tengo como veinte, y la verdad es que cada una es de su padre y de su madre... Pero muy chulas:



Y llegué hasta el puente de Brooklyn. Y hasta la Brooklyn Icecream Factory, esa antigua estación de bomberos de la foto que ahora es una heladería riquísima. Entre vanilla chocolate chunk (vainilla con trocitos de chocolate) y peanut butter (cacahuete, pero sabe a nueces de macadamia), gana el segundo por goleada.


Aparte empecé a ver a gente un poco rara. Porque que seas judío y lleves los ricitos, vale, pero lo de los gorros de piel no me lo explico. Yo iba con una manga larga finita.


Aparte tuve la ocasión de fotografiar una de las peores torturas que existen para niños. Cada vez lo veo más por la calle, y no me lo explico. ¿Por qué querría alguien poner a un niño a mirar una tela...? Lo único que se me ocurre es que hace tiempo vi un reportaje en el que explicaban que no se permite que los carros dobles (en los que los niños van uno al lado del otro) suban al autobús. Esto pasa en Madrid al menos. Aún así... uf.


La zona entre el puente de Brooklyn y el de Manhattan se llama DUMBO. Como el elefantito, sí, pero esto viene de Down Under the Manhattan Bridge Overpass. La zona está llena de salas de exposiciones y espacios abiertos para nuevos artistas y creadores. Por ejemplo, vi este cubo gigante por el que circulaban unas luces muy rápido mientras zumbaban. Raro, raro.


Aparte, hay miniplayitas como ésta donde la gente se relaja al atardecer.


Aluciné con la cantidad de judíos que había. Yo era de las pocas excepciones. Y los niños, tan pequeñitos y con los ricitos. Y las mujeres, tan modositas y con el pelo planchado, turbante, faldas de tubo y anoraks encima. Parecían salidas de otro siglo, la verdad.


Pero claro, en Nueva York puedes ver de todo. Hasta una boda china. Ojo a los de atrás, que también formaban parte de la comitiva. Eso es arreglarse y lo demás tonterías. Más tarde vi la limusina que les había traído (blanca), y me hizo mucha gracia que en el morro habían pegado unos peluches de cerdos vestidos de novios. ¿¿¿???


Por último, os cuento que en Brooklyn hay unos cuantos parques para perros, en los que ni se molestan en plantar césped. Desde luego te tienen que gustar mucho los perros para entrar ahí...


Yo acabé en un parque normal (donde no se permiten ni animales ni fumar), leyendo un poco (el pateo había sido importante) y viendo cómo un hombre, vestido con traje, entrenada a diez chiquillos para que fueran superestrellas del béisbol. 

Un día sin McDonald´s, sin Starbucks, sin Applebee´s... y aún se sobrevive. ¿No está mal, no?

El barrio visitado es Brooklyn.

4 comentarios:

  1. Peanut butter estaba mejor... por la compañía :)

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  2. Lo de las bodas chinas con limusinas blancas con decoración chorra e invitados vestidos como si fueran al súper debe de ser muy típico porque hace unas semanas vi una boda exactamente igual en Getafe.

    (ARANTXA)

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  3. Muy guapo el blog Mar. Lo leo normalmente. Cuando vaya a NY m servirá. xD. Un bszo. X cierto, soy Eloy xq no sé si lo verás...

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  4. ¡Olé! ¡Cuánto comentario, qué bien!
    @Vicente: Sin duda, eso hizo mucho :-) Me acordaba de ti...
    @Arantxa: Pues yo no lo había visto nunca, me llamó mucho la atención. Le enseñé la foto a Morna, mi compañera de piso australo-china y me dijo que pensaba que no era típico, pero está claro que se equivocó.
    @Eloy: ¡Me alegro de que te guste el blog! Desde luego, podrás sacar ideas de qué hacer. Pero vamos, que ya me preguntas y te cuento... Anoche estuve haciendo de planificadora de viajes para Philadelphia y Washington, que volvemos a ir para allá todos los amigos.

    ¡Un beso a los tres!

    PD: Y gracias por firmar, porque si ponéis anónimo no veo quiénes sois si no.

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