martes, 13 de diciembre de 2011

Boston: ciudad histórica

Boston, la ciudad que me perdí por irme a Miami en Acción de Gracias (y lo digo sin ningún tipo de arrepentimiento), no se me podía resistir. No cuando era yo la única afortunada que solo tenía dos exámenes para los que prácticamente no hacía falta estudiar y con una semana libre de por medio. No cuando me habían hablado maravillas de esa ciudad. No cuando mis compañeras de piso aún se acordaban de vez en cuando de lo buena que estaba la sopa de almejas New England Clam Chowda, servida en pan. Así que allí me que me fui.

Esto se dice antes que se hace, porque el bus NY-Boston ya eran cinco horas; más la que me cuesta llegar a NY y dejando un buen margen por si había tráfico. Al final acabé llegando al hostal a la una, así que dejé todo y fui a la entrada a pedir información sobre qué hacer. Cuando ya lo tenía todo claro llegó un chico asiático teñido de rubio. Acababa de llegar también, así que le dije mi plan y le pregunté si le apetecía venirse. Et voilà. Así de fácil es conseguir un compañero para hacer turismo.

Para aprovechar las pocas horas de sol que quedaban nos fuimos andando al tramo norte del Freedom Trail, un camino marcado en el suelo de la ciudad que te lleva por los lugares históricos. Para ello cruzamos el río por el Charlestown Bridge…


y llegamos a Charlestown. Para entonces ya sabía de mi compañero que se llamaban Shun’kee, que era de Japón y que estaba en Estados Unidos como estudiante internacional (como todo el resto de gente que conocí esos días, todo hay que decirlo). Además, me estuvo enseñando algún truquillo para identificar a japoneses y coreanos, que supuestamente en las fotos muchas veces se tapan la cara como hago yo en la foto para parecer más delgados. Ju Hyeon, cuando le pregunté, lo reconoció, aunque ella no lo hace.


Y así llegamos al Bunker Hill Monument, un obelisco como el de DC, pero sin brecha.



Además, se podía subir, así que allá que fuimos. A los 50 primeros escalones yo ya me estaba arrepintiendo (¡y me quedaban 5/6 del camino!), porque creo que desde que estoy en Estados Unidos no he subido más de diez seguidos. Y mis piernas lo notaban. Y mis pulmones de abuela también. Las vistas luego al menos eran bonitas…


De ahí, después de perder la línea roja del suelo y volver a encontrarla de casualidad, acabamos en el Navy Yard, donde estaba el histórico barco USS Constitution. Histórico porque es una nave de 1797 que participó activamente en la lucha por la independencia de Estados Unidos, pero no pudimos visitarlo porque ya no era verano.


Volvimos a cruzar el río y nos adentramos en Little Italy, donde había esta pista de patinaje sobre hielo cubierta gigante. Es pública y la gente puede utilizarla gratis si tiene patines; si no, los puedes alquilar allí. Había niños de esos que casi no saben ni andar, pero hacen piruetas como si hubieran nacido con patines.


La siguiente parada fue el cementerio Copp Hill. Y con ella se nos fue la luz del cielo.


Otro de los lugares históricos por los que pasaba la línea roja era al North Old Church. Entramos a echar un vistazo y mirad cómo era el pasillo central:


Resulta que construyeron esos cuadriláteros para proteger a la gente del frío. Además, antiguamente en cada cubículo ponían una piedra de carbón en una caja metálica en el suelo de forma que lo calentara.

La calle central de Little Italy era una preciosidad con tanta luz:


Y finalmente (porque nos estábamos muriendo de hambre), llegamos al Quincy Market, donde nos fuimos directos al puesto Boston Chowda, que mis amigas tanto me habían recomendado. Mirad qué buen aspecto la sopa. Vale, me la dieron derramada, pero es que así luego el pan estaba más bueno.


Todo estaba decorado de Navidad:


Incluso en una floristería donde vendían árboles había mini-Rudolphs para poner macetas en ellos.


Además, por la zona encontramos este monumento a un personaje histórico de la ciudad. Lo curioso es que creemos que NO era un jugador de baloncesto. Sí lo era, aunque se retiró pronto, pero era bueno. No me extraña, con ese pie debía de ser enoooorme...


Y mirad qué árbol más bonito habían puesto en Faneuil Hall. El rubio es mi compañero de viaje.


En una parada vi esta postal, que me hizo muchísima gracia:


Aquí veis el Freedom Trail cuando ya no es una línea pintada de rojo en el suelo, sino una línea trazada con ladrillos. La verdad es que es un gusto poder cerrar los mapas por un rato.


Y, finalmente, mirad qué tetera gigante más chula colgaba en una cafetería Starbucks. Shun’kee se puso más contento... resulta que es una tetera típica japonesa.



2 comentarios:

  1. Muy chula la crónica pero Larry Bird SI fue un jugador de baloncesto (http://es.wikipedia.org/wiki/Larry_Bird) y uno de los grandes de todos los tiempos. Varios anillos de campeón de la NBA con los Boston Celtics, capitán del equipo, MVP de todo tipo de eventos. En fin, pregúntale a VM a ver qué te cuenta él. Todo lo demás, muy bien. Una duda: ¿dan cuchara para la sopa?

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  2. Jajajajaja, ups. Eso por no poner antes el nombre en la wikipedia. Daban cuchara, claro... :)

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