sábado, 10 de marzo de 2012

Bollywood en Valencia

El bollywood es un estilo musical que, poco a poco, ha ido ganando adeptos en todo el mundo. Caracterizado por sus números musicales, que además suelen transcurrir en varias ciudades de todo el mundo, es un ejemplo claro de la cultura india, a la que le encantan los colores alegres, la sensualidad de una sonrisa o una mirada (nunca se ve un beso, pero sí mucho coqueteo,...), los estribillos pegadizos,...

¿Y a qué viene esto, os preguntaréis? Pues viene a que el pasado 11 de marzo me enteré de que en la Ciudad de las Artes y las Ciencias se estaba rodando una escena de la superproducción bollywoodiense "Anna Bond", que además se ha grabado en Benidorm y Madrid, así que allí que me fui:


domingo, 12 de febrero de 2012

Lindy Hop: algo que ver (y hacer) un domingo cualquiera

Es domingo y hace sol: ¿qué puedes hacer en Valencia? Si vives cerca del río, de una parada de metro, bus o valenbisi, esto es para ti: acércate al puente Calatrava, donde los profes y alumnos de la escuela St. Louis de Lindy Hop de Valencia hacen una pequeña demostración... con mucho arte.

Bailes entre todos...


...y en pareja. Me ha encantado que todos estuvieran sonrientes y felices como perdices.


jueves, 26 de enero de 2012

De manifestación contra el tijeretazo

Tras la aprobación por parte del Consell del famoso tijeretazo para ver si así consiguen que la Comunitat Valenciana esté un poquito menos endeudada (al menos, lo suficiente para que en todos los telediarios nos nombren), muchos hemos salido a la calle. Este decreto, que baja el sueldo a los funcionarios y sube los impuestos, ha coincidido, además, con que anoche el jurado popular declarara al Molt Honorable no culpable por la así llamada causa de los trajes.

Así que, con pancartas en las que se leían lemas como "No puedo apretarme más el cinturón y bajarme los pantalones al mismo tiempo", "Los recortes en la sanidad matan" y "Urdangarín, a trabajar en Burger King; Marichalar, a trabajar en Pizzahut", hemos estado más de una hora de palntón esperando a que la comitiva se moviera.


lunes, 23 de enero de 2012

Llega el año del dragón

El Instituto Confucio de la Universitat de València ha organizado, por primera vez desde que llegó aquí, la celebración del año nuevo chino, que hoy empezamos. En la calle Pelayo, que ya de por si está llena de comercios chinos, al sonido de platillos y bañados en confeti, unos pocos chinos y unos muchos españoles disfrutamos de la celebración:


lunes, 16 de enero de 2012

Foguera de Sant Antoni

Como sé que ésta será una entrada que enorgullecerá mucho a Pablo, y además se trata de enfatizar lo grande, bonita y presiosa que es la hoguera de Sant Antoni de Canals, LA MÁS GRANDE DEL MUNDO, voy a poner las fotos bien grandes.


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Bye bye, New York

El miércoles, ya a un día de volverme para España, me iba a Nueva York por última vez (en quién sabe cuánto, quiero decir), pero antes tenía que pasar por el departamento de español a recoger una carta de mi profesor de interpretación. Y aprovecho para enseñaros que de verdad los departamentos de universidad de Estados Unidos son casas:


martes, 20 de diciembre de 2011

NYC alternativo: la zona hippie, el SoHo de día

El martes, por fin libre de todo tipo de estrés relacionado con la universidad (y no es que hubiera tenido mucho que digamos), me fui a descubrir el distrito East Village, que aún no había ni pisado desde que llegué. El recorrido comenzaba en Astor Place, donde está Alamo, esta obra escultórica con forma de cubo negro que, muy a mi pesar, no gira pese a que la empujes.



domingo, 18 de diciembre de 2011

Una tarde exprés

El domingo, aún a sabiendas de que el lunes tenía mi segundo y último examen, mi mente me decía una cosa y mi instinto o espíritu aventurero y viajero otra. Iba a quedarme en casa, pero acabé desconcentrada y echando un vistazo a la página web de Newyorkology, la guía imprescindible de todo turista en la gran manzana. Y ¡tachán! Por la tarde había, a las siete, un concierto de Navidad gratuito en el museo Guggenheim... El mismo que tenía una exposición chulísima que el día anterior me había perdido por culpa de los andenes del metro de la Lower east side...

Como no quería ir sola, le eché el anzuelo a Morna, que tuvo la fortuna de estar a mi lado "estudiando" como yo:


Y claro, picó. Así que, nada más comer, nos fuimos para allá. Mirad qué vistas más bonitas se veían desde la rampa de antes del Lincoln Tunnel:


sábado, 17 de diciembre de 2011

NYC en un día

El sábado vino James a ver Nueva York y, sobre todo, a verme a mí :-) Todavía no había ido nunca, aunque solo lo tiene a dos horas en tren, así que tuve que montar el plan perfecto para que descubriera Nueva York en tan solo un día. Pero encontrarnos no podía ser tan sencillo como quedar en un cruce de calles, no, no cuando mi móvil americano podía protagonizar la escena. Y así fue, pues se quedó sin saldo. En Estados Unidos, para quien no lo sepa, no solo te cobran al llamar o enviar mensajes, sino también al recibirlos. Es decir: incomunicación total.

James, sin mapa y ninguna idea de dónde estaba yo; y yo, anguastiada porque encontrar a una persona en Manhattan puede resultar bastante complicado (aunque a la hora de encontrarme a gente de casualidad sea una experta)... Las cabinas (que allí aún existen) no hacían más que pedirme $1 para poder llamar (y en monedas solo), y se quedaban el dinero aunque comunicara o no me lo cogiera. Unos dólares más pobre, decidí preguntar en un restaurante si me dejaban llamar e incluso pedirle el móvil a los de un puestecito de kebabs. Nada.

Al final se me ocurrió que llevaba el móvil español para algo más que para tener internet en las cafeterías con wifi: resulta que, como móvil, también llama y manda mensajes. Así que, congeladito y preocupado, finalmente encontré a James :-)

viernes, 16 de diciembre de 2011

Comida, comida, comida...

El otro día en clase uno de mis profesores mencionó que el día anterior había ido a comer a la cadena Cheesecake Factory y que había sido toda una experiencia que, antes de volverme a España, debía probar. Investigué dónde quedaba el más cercano (40 minutos en bus, ni en NYC hay) y Patricia, de mi clase de Interpretación, rápidamente se apuntó al plan. Así que el viernes, con pocas horas de sueño, nos fuimos a Menlo Park a comer.