Este día de NYC fue muy especial porque... ¡tatatachán! Estrenaba cámara, una Canon Rebel T2i nueva y limpia, con su objetivo extra, su mochilita y su batería extra que aún no me ha llegado porque no tienen en stock. Esta vez solo engañé a Vicente para que se viniera conmigo, y para compensarlo estuve tooodo el viaje del bus que si patatín con la apertura del diafragma, patatán con el tiempo de exposición. Y el tío lo pilló y todo :-)
Hacía un día precioso, así que quisimos aprovechar y nos fuimos a Brooklyn, a recorrer el puente. Lo que no sabíamos es que estaba en obras y, a excepción de algunos tramos, había unos muros que te impedían ir viendo las vistas mientras te acercabas. Aún así, alguna foto bonita sacamos... ;-)
De esta última foto hay que fijarse, aparte de en el modelo, en la bici. Todo el puente está dividido en carril para peatones y carril para bicis. ¡Y ojo como se te olvide! Te pitan y con toda la razón, porque la verdad es que los turistas somos bastante pesados y no hacemos más que cruzarnos para tomar la foto perfecta.
Nada más bajar del puente, llegamos a esta plaza, donde está el Ayuntamiento y unas esculturas más o menos bonitas. Me llamó la atención que hubieran dedicado la plaza a la gente que sufre de sida:
Seguimos andando hacia Wall Street y pasamos al lado de St. Paul´s Church, cuya verja estaba llena de lazos blancos con inscripciones con nombres. Estábamos a 10 de septiembre, y al día siguiente se celebraba el décimo aniversario del atentado a las Torres Gemelas. Ésta era solo una de las conmemoraciones que nos encontraríamos por toda la ciudad. Más tarde, una chica me comentó que esta iglesia tiene ahora mucho peso en este aspecto porque, al estar tan cerca del lugar del atentado, se estableció como lugar para buscar a desaparecidos, atender enfermos, rezar por los (des)conocidos, etc.
Con Vicente de guía, acabamos sin saberlo, mientras buscábamos Wall Street, en la zona cero. En la foto se ve el edificio que están construyendo. Además, hay un monumento conmemorativo al que se puede acceder previa reserva. En las proximidades también hay un muro con un bajorrelieve de bronce en el que destacan la proeza de todos aquellos que arriesgaron sus vidas por ayudar y salvar a los demás.
Y por fin llegamos a Wall Street. Vicente, que estudia Economía, tenía muchas ganas de entrar en la Bolsa (y yo también, caray). Según la guía se podía, pero una vez allí nos dijeron que desde el 11-S nada de nada: o eres un broker o, como mucho, te haces esta foto:
Lo que sí pudimos hacer es tocarle los huevos al toro de Wall Street. Esta escultura, llamada Charging Bull, pesa 3.200 kg y fue un regalo de Arturo di Modica a los neoyorquinos. Representa a un toro, el símbolo del optimismo, agresividad y prosperidad financiera; flexionado en sus patas delanteras y con la cabeza ligeramente agachada como si estuviese a punto de embestir. A ver si cuando vuelva le hago una foto de cara, porque ese día había tantos turistas que era imposible...
Más tarde, intentando llegar al MoMa hice un par de descubrimientos: que las líneas 2, 3, 4 y 5 son express y, por lo tanto, no paran en todas las paradas, y que en Nueva York vas andando por la calle y te encuentras lo que sea: hasta un pedazo del muro de Berlín.
Una vez llegué al Museo de Arte Moderno y me encontré con Ju Hyeon y sus amigas coreanas de nombres impronunciables e imposibles de retener (Hyun, Sang y Shinyoung), me dediqué a explorar el museo. En total estuve 2,5 horas y, a buen paso y sin detenerse a comentar cada cosa se puede hacer. Lo cual es un punto a favor ya que todos los viernes del año, de 16 a 20, el museo es gratuito. Y se llena, eso os lo aseguro. En la primera foto véis la escultura de una cabra raquítica, de Picasso:
Esto forma parte de una exposición muy chula de Carlito Carvalhosa en la que se jugaba con la textura y con la luz: son cortinas gigantes de poliester blanco que forman una especie de laberinto. Debido a unas leves corrientes de aire, mientras estás ahí dentro tienes que ir apartando las "paredes" con las manos. Aparte tiene micrófonos y altavoces que cuelgan del techo: los altavoces reproducen lo que los micrófonos captaron 24 horas antes, aunque con el alboroto que había no se oía nada. Imagino que los visitantes del sábado sí deben notarlo, porque aquello estaba lleno.
Os dejo a continuación con algunas de las obras que había en el museo, como Las señoritas de Aviñón, también de Picasso; una especie de puerta hecha de tubos fluorescentes; una mesa preparada para comer... en vertical; y paja.
La próxima foto es de la tienda del Moma, donde encontré, además de chorradas y jueguetes para niños monísimos, estos dos bolsos tan originales:
Después de cenar de nuevo en un japonés, volvimos hacia Times Square y, como perdimos un bus y había que esperar al siguiente, nos fuimos a ver Bryant Park.
Aunque de camino tomé esta foto, que me encanta, porque el efecto de la luz y el humo es totalmente así. Como en las pelis.
Y ahora ya sí, el parque. Fijáos en la luz que se ve, y era totalmente de noche. Toda venía desde lo alto de un solo edificio, lo que me parece alucinante. En la primera foto, en la esquina superior izquierda se ve parte de la fachada del Chrysler ;-).
Por lo visto este parque acoge en septiembre la Fashion Week, y a finales de octubre una parte se convierte en una pista de patinaje sobre hielo. Ya en diciembre, plantan aquí un mercadito de Navidad:
Los barrios visitados este día son Brooklyn, Seaport & Civic Center, y Midtown.
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