El viernes fue uno de mis días favoritos en Nueva York, al menos de momento. La compañía, inmejorable (aunque fue una pena que el resto no pudiera venir), el tiempo fenomenal (volvió el calor, hacía sol), y... ¡por fin alquilamos bicis para recorrer Central Park!
Empezamos en Strawberry Fields, porque la tienda de bicis donde las alquilamos está en la calle 72 (y, aunque no me lleve comisión, os diré que la tarifa para 4h es de $20, mientras que en el resto de sitios que he visto es $15 la hora). Desde ahí, exploramos el parque hacia arriba, porque la parte del sur ya la vimos en una visita anterior. Primero fuimos a The Lake (se llama así):
...continuamos con la Bethesda Fountain (& Terrace)...
Y mientras nosotros pedaleábamos por el carril bici que recorre todo el parque (¡que tiene dirección, va en el sentido contrario a las agujas del reloj!), nos cruzábamos con gente corriendo, patinando, yendo en skate,... Algunos solos, otros en equipo, y otros con entrenador personal, que te montan un gimnasio con una cuerda y un semáforo en un santiamén. Eso sí, vaya numerito:
Al lado del Conservatory Pond hay una estatua de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll, muy famosa. En el suelo hay inscripciones chulis, y a mí me gusto mucho ésta:
Twinkle, twinkle, little bat!
How I wonder what you're at!
Up above the world you fly,
Like atea tray in the sky.
Aquí están mis compis de aventura disfrutando de una bajadita. Aunque se vea carretera, la verdad es que casi ningún coche circula por Central Park, a excepción de las calles subterráneas que cruzan el parque.
Vicente y yo en el Reservoir (es el de la panorámica del otro día, pero desde el otro lado del lago).
Y ya después de la subidita (moderada), llegamos al Veldevere Pond, o el lago de las tortugas (que se ven). En las imágenes veis el castillo que construyeron para que la gente se haga fotos (es totalmente cierto, no tiene ninguna historia) y alguna tortuguita.
Al final me frenaron y no me dejaron recorrer Central Park del todo, aunque es cierto que al final todos los estanques parecen iguales. Nos fuimos a comer llevando las bicis, toda una aventura porque 1) no se puede circular en bici por las aceras y 2) los restaurantes de la zona o eran caros o no tenían sitio en las terrazas para sentarnos los cuatro y poder dejar las bicis a la vista (no llevábamos candado). Aunque finalmente acabamos en un asiático (Vicente V. ya no sabía dónde meterse, pobre).
Y por la tarde, aprovechando que estábamos a unas pocas calles (a nueve manzanas), nos acercamos al American Museum of Natural History, también conocido como El Museo de los Dinosaurios. Nada más entrar al hall ya ves esto:
Justo un guardia de seguridad grillado que sabía enumerar por lo menos 15 ciudades de cualquier país del mundo (al menos de Francia, España y Corea del Sur) nos comentó que, si nos esperábamos 8 minutos, entrábamos gratis, porque el museo es gratuito todos los días durante la última hora (es decir, de 4:45 a 5:45). De normal no hay un precio de entrada fijo, puedes pagar lo que quieras, pero te recomiendan $18 por persona, así que no está nada mal saberlo. Lo malo es que desde las 4:15 te están dando el coñazo con que van a cerrar, y que probablemente necesites 2-3 visitas para poder ver todo.
Nosotros fuimos corriendo a ver los highlights (productos estrella) del museo: una manada de elefantes gigantes:
Una ballena azul ENORME:
La sala de los dinosaurios:
Y la parte de los animales. Esta sección es alucinante, porque los animales están disecados, pero muy bien, y expuestos de forma muy realista. Además, los presentan en grandes ventanas donde recrean la vegetación de su hábitat, que continúa luego en la pintura de la pared. Os pongo un par de ejemplos:
Y los compañeros se iban cansando uno a uno, así que acabamos separándonos. Tanto, que me quedé prácticamente sola en el museo viendo cosas mientras ellos me esperaban fuera. Me sacaron por un lateral del museo, donde está el planetario, algo que no vi. Así que tengo que volver.
El barrio visitado es Central Park.
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